§ La Justicia es esa paloma inmaculada a la que unos niños traviesos llenan todos los días de lodo.
§ Discípulo:-¿Es así cómo Roma paga a sus hijos predilectos?
Maestro:―Vuestro craso error, ciudadano Critilo, es olvidar que las leyes romanas también fueron creadas por y para los poderosos, y si la sentencia de aquellas puede parecerte injusta o asombrosa es porque tu memoria es corta. Tanto la Historia con mayúscula como la pequeña historia están plagadas de hijos condenados o devorados por sus madres. Si Roma y sus leyes te producen indignación, dirígete a tu morada, recoge tus pequeñas pertenencias y tus grandes ideas y vete a vivir fuera de las murallas. Allí serás más pobre pero libre, y lo que es más, nadie podrá decir que eres un romano ingenuo.
§ Cuelga el traje blanco, córtate esas alas que te elevan a supuestas virtudes, rompe tu coraza de silencios que juzgan. Desciende. Camina lentamente entre nosotros, sobre el asfalto sucio por nuestras pequeñas luchas cotidianas. No te inhibas, y en olor a camisa sudada y zapatos gastados por la prisa, asume nuestros miedos pequeños y nuestras mezquindades. Olvida ya a los dioses de mármol en su Olimpo, pues llegará un día en que nuestra noche profunda tendrá más luz que su sol y nuestros sueños eternos romperán su silencio en mil palabras, y el hombre será Dios.
- Lo que no me dijiste ayer te hará más transparente mañana.
- Ni todo lo que decimos nos traiciona, ni todo lo que ocultamos nos protege, pues los otros siempre serán más intransigentes con nuestras omisiones que con nuestras confidencias.
- Las intenciones ocultas de uno son la mayor parte de las veces creaciones de la mente del otro.
- Coleccionar secretos es como almacenar castillos de arena, el vinto se los lleva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario