§ Saber que estoy de paso me dignifica y envanece, este conocimiento también es la razón de mi humildad y solidaridad con mis compañeros de viaje. Tener siempre presente este sentimiento de provisionalidad da más claridad en las ideas y nos acerca a ese punto equidistante de los extremos que no permite sublimar nada ni mitificar a nadie. Y ser en definitiva sesudo en la fortuna como en la desgracia.
§ Se puede conseguir todo el dinero del mundo, se puede llegar a ser poderoso, gastando energías, escrúpulos, inteligencia y saber, pero para conseguir un amigo hace falta algo más que se tiene o no se tiene.
§ A uno le gustaría reventar este planeta y que de él surgiera el hombre nuevo, hermano y sin sigilos, sonrisa blanca y resplandeciente, corazón recio y sin dobleces, claro, coloreado y abierto. Y que un grito ruidoso a pecho descubierto iluminara al fin al otro (nuestro semejante en casi todo).
§ ¿Dónde se mueren los perros cuando se mueren? No los perros de sus amos (también hay perros burgueses), ni los de los mataderos, sino aquellos perros bastardos que pasean su soledad libre por alguna carretera y su hambre por algún cubo de basura.
§ Recuerda: El camino está sembrado de espinas, de mentiras y de puñaladas traperas. Sólo te redimen tu esfuerzo y tu esperanza en algunos hombres perdidos en el asfalto anónimo de las grandes ciudades o en los campos secos de aldeas sin nombre. Recuerda que al final del camino, con los pies ensangrentados y el corazón maltrecho, con las sienes ya blancas por tantas decepciones acumuladas, prevalecerán la alegría de tu esfuerzo y la inmensa satisfacción de haber sido eso que no vale para nada: un hombre honrado. Duerme tranquilo, siempre te sentirás por encima de las alimañas.
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