Esta es un selección de cartas de mi libro Cartas y Cortos publicado en 2011
Me gusta, cuando camino solo y el tiempo lo permite, escribirle cartas a cada uno de los seres por los que un día sentí más cosas además de cariño, esos seres convertidos en fantasmas de mi realidad interior, esa "no-realidad" en la que tan bien me desenvuelvo y tan a gusto me siento.
Carta a Alejandro
Querido Alejandro: Esta
mañana cuando te he llevado al cole, me he emocionado como aquel primer día en
que mi abuela Luna me llevó a la escuela francesa de Larache, hace
ahora cincuenta años. Verte a ti y a tus compañeros tan diminutos, tan indefensos
e inocentes, tan dispuestos, tan obedientes y risueños, quizás
nerviosos, ¿Qué o en qué pensarían y cuál sería su estado anímico?
Mi querido nieto, han pasado tantos años desde que a mí me sucediera otro tanto
en un mundo en blanco y negro, no estoy seguro sabes, pero en
aquella época los primeros días de colegio eran más grises y tristes que hoy
día. ¿Sería que el tiempo se acompasaba con la oscura
cotidianeidad? Mlle Beniluz, la maestra y el pequeño Mustafa mi
primer amigo en el cole y también años después, han vuelto de nuevo desde un
rincón profundo de mi memoria. Cuánto tiempo, no sé si pensar que siento
nostalgia, creo que no, pero no he podido evitar sentir el mismo nudo en el
corazón y las lágrimas como entonces han brotado, aunque de forma
diferente por supuesto, quizás pensando desde el otro extremo, desde el mío de
abuelo, en tu desamparo frente a lo extraño. Antaño me sentí
abandonado y solo ante el peligro por vez primera. Quizás también
recordando a mi abuela, recreando aquel día tan importante para mí, tan
importante para ti hoy, he podido sentir todo tu cariño cuando me has apretado
con tu manita, cuando me has mirado, me has transmitido tu ternura, he podido
sentir incluso la impotencia de no poder comunicarme contigo para que me contaras
tus emociones y sentimientos. Ha sido en fin, una mañana especialmente emotiva
para un abuelo como yo, contemplando a su nieto como ese pequeño ser indefenso
y tierno que era esta mañana. Un abuelo y un nieto difícilmente llegan a
acercarse generacionalmente por la insalvable distancia que los separa. Tú
siempre serás un niño para mí, lo mismo que yo un viejo para
ti. Mañana te escribiré una carta contándote cosas que leerás cuando
seas mayor o cuando yo ya no esté para mirarte desde la ternura que
me inspiras.
18-09-2001
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