Blog de León Cohen Mesonero

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jueves, 24 de diciembre de 2020

CABOS SUELTOS 3

  §   Saber que estoy de paso me dignifica y envanece, este conocimiento también es la razón de mi humildad y solidaridad con mis compañeros de viaje. Tener siempre presente este sentimiento de provisionalidad da más claridad en las ideas y nos acerca a ese punto equidistante de los extremos que no permite sublimar nada ni mitificar a nadie. Y ser en definitiva sesudo en la fortuna como en la desgracia.

  

§   Se puede conseguir todo el dinero del mundo, se puede llegar a ser poderoso, gastando energías, escrúpulos, inteligencia y saber, pero para conseguir un amigo hace falta algo más que se tiene o no se tiene.

  

§   A uno le gustaría reventar este planeta y que de él surgiera el hombre nuevo, hermano y sin sigilos, sonrisa blanca y resplandeciente, corazón recio y sin dobleces, claro, coloreado y abierto. Y que un grito ruidoso a pecho descubierto iluminara al fin al otro (nuestro semejante en casi todo).

  

§   ¿Dónde se mueren los perros cuando se mueren? No los perros de    sus amos (también hay perros burgueses), ni los de los mataderos, sino aquellos perros bastardos que pasean su soledad libre por alguna carretera  y su hambre por algún cubo de basura.

 

§   Recuerda: El camino está sembrado de espinas, de mentiras y de puñaladas traperas. Sólo te redimen tu esfuerzo y tu esperanza en algunos hombres perdidos en el asfalto anónimo de las grandes ciudades o en los campos secos de aldeas sin nombre. Recuerda que al final del camino, con los pies ensangrentados y el corazón maltrecho, con las sienes ya blancas por tantas decepciones acumuladas, prevalecerán la alegría de tu esfuerzo y la inmensa satisfacción de haber sido eso que no vale para nada: un hombre honrado. Duerme tranquilo, siempre te sentirás por encima de las alimañas.

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CABOS SUELTOS 2

 §   La Justicia es esa paloma inmaculada a la que unos niños traviesos llenan todos los días de lodo.

 §   El que nadie se haya molestado en pagar nuestro precio no significa que no estemos en venta.

 §   Estar fuera del sistema no siempre quiere decir que no estemos dispuestos a vender nuestra alma al diablo para entrar en su rueda, sobre todo si nos ofrecen ser rueda, no asfalto.

 §   Todos sabemos que a lo largo del camino las flores se van marchitando y que a mitad de éste, sólo las piedras nos acompañan, tornándose el paisaje monótono y desértico... Así hasta el final.

 §   Discípulo:-¿Es así cómo Roma paga a sus hijos predilectos? 

Maestro:―Vuestro craso error, ciudadano Critilo, es olvidar que las leyes romanas también fueron creadas por y para los poderosos, y si la sentencia de aquellas puede parecerte injusta o asombrosa es porque tu memoria es corta. Tanto la Historia con mayúscula como la pequeña historia están plagadas de hijos condenados o devorados por sus madres. Si Roma y sus leyes te producen indignación, dirígete a tu morada, recoge tus pequeñas pertenencias y tus grandes ideas y vete a vivir fuera de las murallas. Allí serás más pobre pero libre, y lo que es más, nadie podrá decir que eres un romano ingenuo.

§   Cuelga el traje blanco, córtate esas alas que te elevan a supuestas virtudes, rompe tu coraza de silencios que juzgan. Desciende. Camina lentamente entre nosotros, sobre el asfalto sucio por nuestras pequeñas luchas cotidianas. No te inhibas, y en olor a camisa sudada y zapatos gastados por la prisa, asume nuestros miedos pequeños y nuestras mezquindades. Olvida ya a los dioses de mármol en su Olimpo, pues llegará un día en que nuestra noche profunda tendrá más luz que su sol y nuestros sueños eternos romperán su silencio en mil palabras, y el hombre será Dios.

  • Lo que no me dijiste ayer te hará más transparente mañana.

  §   Frente a la actitud del contemplativo que dedica su tiempo las más de las veces a sopesar los pros y los contras de cualquier empresa, hay que adoptar la actitud opuesta, la del riesgo asumido, es decir, hacer, con el riesgo de equivocarse. Los contemplativos siguen siendo unas veces un lujo en una sociedad en progreso y otras la lacra de sociedades decadentes.

 §   Cabos por atar:

-  Ni todo lo que decimos nos traiciona, ni todo lo que ocultamos nos protege, pues los otros siempre serán más intransigentes con nuestras omisiones que con nuestras confidencias.

-  Las intenciones ocultas de uno son la mayor parte de las veces creaciones de la mente del otro. 

-  Coleccionar secretos es como almacenar castillos de arena, el vinto se los lleva.

 §   El hombre sabe la verdad, pero lo han atemorizado hasta lograr un silencio mortal. ¿Dónde estarán las multitudes que una vez gritaron "Hosanna en las alturas" cuando Cristo arrastre su cruz hasta el Gólgota?


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CAMISAS MOJADAS

 

EUROPA SUR 

 

OPINIÓN Martes, 10 de marzo de 1992

 


TRIBUNA ABIERTA


Camisas mojadas

LEON COHEN MESONERO 

Profesor  de la Escuela Politécnica de Algeciras 

Tomando como referencia un articulo publicado en el diario El País el pasado día 28 de febrero, escrito por Tahar Ben Jelloun, el autor del presente artículo desarrolla, recurriendo al relato poético, la tesis también defendida por el antes indicado, de que España ha de ser más generosa con el Magreb, en beneficio de todos.

 


Younes Ould Beni Makada había nacido en Tánger, pero junto a él viajaba entre otros cientos, Driss Ben Mohamed que era de Larache. Driss había crecido entre arena y olas, en  la  otra  banda., playa  municipal donde rio, mar y tierra concertaron sus nupcias estivales  mientras  Hércules era amamantado justo arriba, en la colina, junto al jardín de las Hespérides.

Ningún hijo de aquel pueblo milenario podrá nunca olvidar, incluso después de haber perdido la memoria, aquellos atardeceres del mes de julio, cuando la brisa que subía del Atlántico sellaba una especie de pacto tácito entre el sol y el mar, trayendo consigo la vida a unas calles desiertas por el implacable sol de mediodía. Tanto Younes como Driss hubieran preferido no tener nunca que sentir la imperiosa necesidad  de buscar otras tierras y otros mares que no fueran los suyos. No entendían cómo ellos, para  poder comer y ahorrar\algo, tenían que buscar arriba, al Norte, mientras los pescadores españoles y otros muchos extranjeros firmaban acuerdos, compromisos y otros chantajes, para poder pescar en su mar que era rico como ninguno.

 Driss sabía también que en la vega del rio Lukus crecían  las mejores naranjas valencianas. Younes había oído hablar a sus viejos de la enorme riqueza agraria de la llanura del Gharb bañada por el caudaloso rio Sebou. Hallar explicaciones, o hacerse demasiadas preguntas les podía llevar toda la vida, toda la miserable vida, y podían morir de hambre en el intento. 

Entonces decidieron, como se decide dar un salto al vacío, que su respuesta estaba al otro lado de la orilla. España estaba a dos mil dólares de distancia en cualquier patera de las que todas las noches botaban los comerciantes del hambre y de la muerte. Eligieron ser camisas mojadas.

Conocemos el destino de Younes por Tahar Ben Jelloun, el poeta de la Hafita. Esa historia bella y terrible es también la historia del Sur. Ese Sur que amanece ahogado en las playas del levante en Tarifa, Algeciras o Almería. Ese Sur que también se disfraza de  albaneses  arrojados al mar por el muy dem6crata a fucr de democrático gobierno italiano...

La otra tarde noche cuando me disponía a cenar en un hotel de Frankfurt, fui atendido por un camarero que se dirigía mi en Inglés. Mientras cenaba pude comprobar cómo aquel joven dominaba  por igual los idiomas francés y alemán. Era un  hombre del Sur. Me pregunté si habrían muchos europeos  con aquel mismo bagaje ejerciendo la misma profesi6n. Cuestión de oportunidades (?)..

Por un instante pude imaginar a aquel chico amable y educado soñando con conquistar el Norte desde algún barrio de chabolas como Beni Makada o el  Souani, en Tánger o en Tetuán. Luego vi su cadáver flotando en la orilla de  una  playa sin nombre...

En Larache, los "Boat People", como ahora  llama Occidente a los inmigrantes ilegales, eran unos muchachos tostados por esa rara combinaci6n de sol y de agua salada, con los músculos labrados por la necesidad, que por unos pocos francos para demasiadas brazadas de remo, llevaban y traían a los bañistas desde una y  otra parte de la otra banda.

En la época de la que hablo, la mayoría de los bañistas eran trabajadores españoles que hubieron de recorrer el camino de la miseria en sentido inverso (no es acaso de sentido único dicho camino ?)  A ellos las circunstancias les dirigieron a buscar sustento hacia el Sur. Ahora los del Sur se han multiplicado tanto que el Norte es su  única  salida  esperanzada. El poeta de la Hafita nos sugiere que miremos con cariño y humildad al Sur, no vaya a ser que el brillo plateado del dinero del Norte nos deje ciegos.


* Este artículo fue también publicado el 8 de Mayo de 1993 en "Le Journal de Tanger"


Carta de un ciudadano corriente

  "Yo soy un hombre que ha salido de su casa por el camino, sin objeto, con la chaqueta puesta al hombro, al amanecer, cuando los gallo...